La UE y Estados Unidos finalmente se acercan a la línea de meta en las negociaciones sobre los aranceles comerciales: se está discutiendo una tarifa de compromiso del 15 % en lugar de las anteriores propuestas del 30 %. En este contexto, el euro se disparó hacia un máximo de 4 años y el dólar cayó, en parte debido al aumento de la demanda de activos de riesgo, favorecida además por el reciente acuerdo de Trump con Japón. Analizamos qué está ocurriendo actualmente en el frente arancelario y qué perspectivas abre esto para los mercados globales.
La UE y EE.UU. al borde del compromiso: detalles de las negociaciones arancelarias
Las negociaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea sobre un nuevo acuerdo arancelario se encuentran en su etapa final, mostrando un claro progreso. Sobre la mesa está una propuesta según la cual la mayor parte de las importaciones europeas a EE.UU. estarán sujetas a aranceles del 15 %.
Según diplomáticos familiarizados con los detalles de las consultas, la Unión Europea insiste en que estos aranceles se apliquen también a sectores clave para ella, principalmente la industria automotriz.
Cabe recordar que EE.UU. ya ha actuado con dureza: se han impuesto aranceles del 25 % sobre automóviles y repuestos, y para el acero y el aluminio la tasa es el doble – 50 %. También están en riesgo otros sectores sensibles como la farmacéutica, los semiconductores y el cobre. Recientemente, Washington anunció la imposición de aranceles del 50 % sobre el cobre, y las negociaciones sobre otros productos estratégicos aún continúan.
Buscando evitar una escalada y la expansión de altos aranceles a productos farmacéuticos y semiconductores, la UE busca activamente garantías de que el arancel del 15 % será el límite máximo para estos sectores.
Sin embargo, Estados Unidos insiste: si ciertos productos –como el acero y el aluminio– se importan desde la UE por encima de las cuotas acordadas, se les aplicarán aranceles más altos, de hasta el 50 %. Este punto sigue siendo de principio para la parte estadounidense, y así lo advierten directamente fuentes involucradas en las negociaciones.
Según información de Bloomberg, el acuerdo en discusión podría incluir excepciones y beneficios para ciertos sectores sensibles. Así, la tasa del 15 % podría no aplicarse o aplicarse parcialmente para la industria aeronáutica, algunos dispositivos médicos, medicamentos genéricos, ciertas bebidas alcohólicas y equipamiento industrial específico que necesita EE.UU.
El nuevo régimen arancelario del 15 % es un paso notablemente superior a la tasa media actual entre la UE y EE.UU., que ahora es solo del 4,8 %. Sin embargo, este umbral sigue por debajo del nivel del 30 % con el que Trump había amenazado anteriormente.
La amenaza de un aumento radical de los aranceles sigue vigente: el presidente de EE.UU. ha dado a entender que, si no se alcanza un acuerdo antes del plazo establecido, está dispuesto a imponer aranceles del 30 % sobre la mayor parte de las importaciones europeas.
La UE, por su parte, también está preparando un paquete de medidas de represalia en caso de que fracasen las negociaciones. Bruselas contempla aranceles simétricos sobre productos estadounidenses por un valor total superior a 90 mil millones de euros (106 mil millones de dólares) – con una tasa del 30 %.
En la lista de medidas de respuesta se incluyen aviones Boeing, automóviles, bourbon y otros bienes industriales. Además, se está considerando la activación del instrumento contra la coerción (ACI), que podría permitir restringir el acceso de empresas estadounidenses al mercado europeo, imponer nuevos impuestos a los gigantes tecnológicos de EE.UU. y establecer restricciones a las inversiones.
A pesar de la preparación de tales escenarios, la mayoría de las capitales europeas y funcionarios siguen apostando por alcanzar un compromiso y se esfuerzan por evitar la escalada hasta el último momento. La cuestión de cuál será el resultado del acuerdo y si cambiará la arquitectura comercial global, sigue abierta.
El euro en máximos, el dólar se debilita: los mercados reaccionan con fuerza a las noticias arancelarias
El dólar estadounidense estuvo bajo presión esta semana, ya que los mercados reaccionaron rápidamente a los nuevos giros en la política arancelaria mundial. Los inversores comenzaron a invertir activamente en activos de riesgo, vendiendo la divisa estadounidense tras la noticia del acuerdo comercial entre EE.UU. y Japón.
El siguiente detonante para la caída del dólar fue la noticia del progreso en las negociaciones entre EE.UU. y la Unión Europea. Esto dio impulso al euro, que alcanzó sus niveles más altos en casi cuatro años, y también respaldó el crecimiento de otros activos de riesgo.
– Estos marcos comerciales acordados entre EE.UU. y las principales economías, sin duda, influyen positivamente en el apetito por el riesgo, – comentó la estratega de divisas de Commonwealth Bank of Australia, Carol Kong. – Las expectativas de represalias por parte de la Unión Europea están quedando en segundo plano, y la tensión en la economía global está disminuyendo notablemente.
A raíz de las últimas noticias arancelarias, el jueves por la mañana el índice del dólar cayó a 97,15. Y el euro se estabilizó en 1,1776 $, situándose muy cerca del pico de 1,1830 $ – el nivel más alto en más de cuatro años.
La dinámica futura del par EUR/USD dependerá en gran medida de la retórica del Banco Central Europeo, cuya reunión tendrá lugar hoy. Los participantes del mercado siguen de cerca las señales del regulador: aunque se espera que las autoridades mantengan sin cambios los parámetros de política, los inversores ya están incluyendo en los precios la probabilidad de una nueva bajada de tasas hacia finales de año, muy probablemente en diciembre.
El optimismo se ha extendido también a otras monedas. La libra esterlina subió a 1,3581 dólares tras un incremento del 0,36 % en la sesión anterior.
El dólar estadounidense perdió otro 0,3 % frente al yen, cayendo a 146,01 yenes – ya es la cuarta sesión consecutiva de descenso.
Al mismo tiempo, el mercado accionario japonés recibió apoyo adicional por las noticias sobre concesiones comerciales de EE.UU., aunque el fortalecimiento del yen se vio limitado por la persistente incertidumbre política interna.
El miércoles, el primer ministro japonés Shigeru Ishiba se vio obligado a desmentir públicamente los rumores sobre su dimisión tras la derrota en las elecciones a la cámara alta del parlamento.
Tal como lo subraya la analista Carol Kong, la incertidumbre en torno a la futura política del Banco de Japón y posibles cambios en la dirección del país siguen frenando el fortalecimiento del yen.
En general, el progreso en el frente arancelario con los principales socios económicos de EE.UU. se ha convertido en el principal catalizador del movimiento de las divisas mundiales y del cambio en el ánimo de los inversores. El debilitamiento de las amenazas y el regreso a las negociaciones han reavivado el interés por los activos de riesgo, y el dólar se encuentra bajo presión en varias direcciones.
Sin embargo, la trayectoria futura de la divisa estadounidense dependerá en gran medida del resultado de otras negociaciones comerciales, cuyo desenlace aún es incierto y podría traer nuevas sorpresas al mercado.
Trump endurece la retórica arancelaria: aranceles del 15 % al 50 %
En el contexto de las negociaciones en curso con la Unión Europea y otros socios comerciales, el miércoles por la noche Donald Trump volvió a señalar una postura firme en cuanto a la política arancelaria.
De cara a la fecha límite para el acuerdo con la UE, el presidente estadounidense subrayó que no piensa aceptar una tasa inferior al 15 % – este nivel ahora se considera el umbral base mínimo para los nuevos aranceles.
– Tendremos un arancel directo y sencillo del 15 % al 50 %, – declaró Trump en la cumbre sobre inteligencia artificial en Washington, explicando que las tasas más altas están destinadas a los países con los que las relaciones son más tensas.
Esta retórica refleja la evolución de la estrategia arancelaria de Washington. Si antes se hablaba de cartas con nuevas tasas para más de 150 países con formulaciones del tipo "probablemente 10 o 15 %", ahora el nivel mínimo del arancel se establece oficialmente como el límite inferior.
El ministro de Comercio Howard Latnick explicó por separado en una entrevista con CBS News que para economías pequeñas, incluidas las de América Latina, el Caribe y África, se prevé una tasa del 10 %. Pero para economías grandes, como la UE y Japón, se discute una tasa de al menos el 15 %.
Es importante señalar que, a pesar de las declaraciones oficiales sobre "acuerdos" arancelarios, el propio Trump subraya cada vez más que no está interesado en negociaciones directas con cada país por separado.
El enfoque principal está en la unificación del sistema arancelario, en el cual la mayoría de los socios comerciales recibirán condiciones estándar, y los "acuerdos especiales" estarán disponibles solo para aquellos que estén dispuestos a abrir sus mercados a las empresas estadounidenses.
– Si aceptan abrir su unión al negocio estadounidense, entonces les permitiremos pagar aranceles más bajos, – explicó el presidente de EE.UU.
Se destaca por separado que las negociaciones con la UE se llevan a cabo "seriamente", y las tasas para Europa están bajo un control especial por parte de la Casa Blanca.
De hecho, los nuevos enfoques para establecer aranceles significan un aumento drástico en la transparencia, pero también un endurecimiento de la competencia global. La tasa del 15 % no solo representa un compromiso respecto a la UE, que temía escenarios mucho más duros con aranceles del 30 %, sino también una advertencia para el resto del mundo: para muchos socios comerciales las tasas pueden ser considerablemente más altas, hasta el 50 %, si las relaciones con Washington siguen siendo tensas.
Por último, queda abierta la cuestión de si los aranceles "simples y comprensibles" se convertirán en la nueva norma del comercio mundial, o si la próxima ronda de negociaciones, fechas límite y declaraciones políticas dará lugar a una nueva oleada de incertidumbre.
En cualquier caso, los mercados están incorporando una mayor volatilidad en los precios y siguen con atención cada nueva declaración desde Washington, ya que sus consecuencias pueden ser totalmente impredecibles.
Aquí está el bloque analítico final con recomendaciones claras y profesionales para el mercado, al estilo de un columnista de Bloomberg, basadas en los acontecimientos y el estado de ánimo de los mercados descritos anteriormente:
¿Qué hacer con el dólar ahora: vender o comprar?
Los acontecimientos de la última semana han demostrado de forma convincente que las posiciones del dólar en el mercado internacional siguen siendo inestables. Los inversores globales no se apresuran a invertir en la divisa estadounidense: las razones son las expectativas de decisiones suaves por parte de la Fed, la moderación general en la retórica arancelaria de EE.UU. hacia la UE y Japón, y, por supuesto, el creciente apetito por activos de riesgo.
Teniendo en cuenta todo esto, a corto plazo el dólar sigue siendo vulnerable: hasta que se anuncien las condiciones finales del acuerdo con la UE, hasta que se den nuevos pasos concretos por parte de la Fed y mientras crece el interés por el euro y el yen. Las ventas del dólar frente al euro y otras monedas de riesgo parecen justificadas, especialmente en el contexto de un panorama técnico sólido y entradas constantes en activos europeos.
En el medio plazo la situación puede cambiar – si las negociaciones con la UE se prolongan o se agravan, y la Fed adopta una retórica más agresiva, el dólar tendrá una oportunidad de corrección. Sin embargo, por ahora estos escenarios parecen más una alternativa que una base para posicionamiento.
Recomendación:
– A corto plazo tiene sentido mantener o aumentar posiciones cortas en el dólar frente al euro, el yen y la libra.
– No se descarta que a medida que se aclare el destino de las negociaciones arancelarias, el mercado reciba nuevos impulsores de volatilidad — especialmente si la retórica de Trump vuelve a ser más agresiva. Aquí la flexibilidad es clave: asegure las ganancias a medida que avance el movimiento y manténgase atento a las noticias.
– Para los inversores a largo plazo, por el contrario, aún no existen fundamentos importantes para realizar compras activas de dólares – una pausa y una táctica de espera parecen más racionales.
En resumen: el dólar estadounidense no es actualmente el favorito del mercado. Cualquier escalada o declaraciones inesperadas pueden cambiar temporalmente la tendencia, pero mientras no aparezcan nuevas señales firmes desde la Casa Blanca o la Fed, las ventas del dólar frente al euro y otras divisas desarrolladas siguen siendo una estrategia viable.